Aplicación del Resultado del negocio: ¿Qué se hace con él?


aplicación resultado

¿Qué se hace con el Resultado de un negocio?

A la toma de esta decisión de qué se hace con el Resultado de un negocio se le conoce como Aplicación del Resultado, es decir, ¿qué destino se le va dar?

Hay tres posibles destinos que vamos a desarrollar en este post.

Si bien, lo primero que tenemos que tener en cuenta es que el Resultado muestra si se ha ganado o se ha perdido a lo largo de un período de tiempo y, además, forma parte del Patrimonio del negocio, es decir, forma parte de lo que es suyo.

Si el emprendedor al montar un negocio aporta 100€ al negocio, en ese mismo momento el negocio tiene un Patrimonio de 100€ en forma de Capital aportado.

Si a lo largo del primer período, que puede ser un año, el Resultado obtenido es negativo, por ejemplo se han perdido 10€, el Patrimonio del negocio pasa a ser de 90€. Sigue teniendo un Capital de 100€, sin embargo aparecerán 10€ minorándolo para determinar el Patrimonio.

En este caso, no hay ninguna decisión que tomar, pues el negocio ha perdido y su Patrimonio ha disminuido.

Compensación de Pérdidas de períodos anteriores

Si a lo largo del segundo período, el Resultado obtenido es positivo, por ejemplo se han ganado 20€, el Patrimonio del negocio pasa a ser de 110€. Sigue teniendo un Capital de 100€, sin embargo aparecerán 10€ minorándolo (las pérdidas del año 1) y 20€ incrementándolo (las ganancias del año 2), totalizando 110€ de Patrimonio.

El emprendedor puede pensar que como el negocio ha ganado 20€ en el período puede retirar del negocio 20€ en forma de dividendo. Pero no es así, primero tiene que compensar las pérdidas del período anterior.

Con los 10€ restantes el emprendedor podría dejarlos en el negocio o podría llevárselos como dividendo.

Constitución de Reservas

Este hecho se produce cuando se toma la decisión de dejar las ganancias en el negocio reservándolas para tomar decisiones en el futuro.

Cuando se toma este tipo de decisión se dice que el negocio se está Patrimonializando, es decir, está aumentando su Patrimonio para que pueda seguir generando más ganancias en el futuro.

En nuestro ejemplo, transcurrido el segundo período, el Patrimonio del negocio estaría conformado por un Capital de 100€ (lo aportado por el emprendedor) más unas Reservas de 10€ (generadas por el negocio).

De esta forma es como el negocio se autofinancia, lo que se conoce como Autofinanciamiento por Enriquecimiento, ya que el negocio destina recursos generados por sí mismo para aumentar su capacidad de generar más ganancias en el futuro.

Retribuir al emprendedor repartiendo dividendos

Este hecho se produce cuando se toma la decisión de no dejar parte o todas las ganancias en el negocio, sino que se detraen para retribuir al emprendedor.

Siguiendo con nuestro ejemplo, si transcurrido el segundo período, el emprendedor toma la decisión de repartir un dividendo con los 10€ restantes tras compensar las pérdidas del primer período, el Patrimonio del negocio sería de 100€, conformado por un Capital de 100€ (lo aportado). En definitiva, el negocio estaría igual que el primer día.

¿Cuál es la decisión correcta?

Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que, en el caso de constituir una sociedad mercantil, existen unas exigencias legales en cuanto a la constitución de Reservas Legales Obligatorias con el fin de que el negocio se patrimonialice para garantizar su viabilidad. Así como, también existe un plazo legal para tomar la decisión de qué se va a hacer con el Resultado que no puede superar los 6 meses desde que se cierre el período contable.

Con independencia de las exigencias legales, lo normal es que en los primeros años del negocio no se repartan Dividendos ni se puedan constituir Reservas, ya que es posible que haya que compensar pérdidas del primer año o incluso del segundo año y hay que dejar que el negocio se patrimonialice constituyendo Reservas que garanticen su supervivencia cuando empiece a generar ganancias. Lo que no se destine a Dividendos se destina a Reservas.

Sin embargo, también hay que ser conscientes de que el emprendedor debe ver recompensado su esfuerzo y riesgo asumido con la percepción de dividendos, por eso es fundamental diseñar una correcta Política de Dividendos, es decir, cuándo y cuánto hay que repartir Dividendos, pues está condicionando la Política de Reinversiones del propio negocio. Lo que no se destine a Dividendos se puede destinar a nuevas inversiones.

Hay que buscar un equilibrio para satisfacer al emprendedor a la vez que se garantiza la viabilidad del negocio.

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