¿Cuándo acudir a los Bancos?

Hay que tener claro cuándo hay que acudir a los bancos
¿Cuándo acudir a los Bancos? Cuando tengamos claro que vamos a poder devolver CON DINERO lo que solicitemos.
Los Bancos prestan dinero y quieren recuperar el dinero prestado.
Frente a la creencia popular de que los Bancos son peligrosos, realmente, los Bancos son compañeros de viaje necesarios para poder expandir el negocio.
Y digo “expandir el negocio”, ya que no es recomendable acudir a los Bancos para el arranque o inicio del negocio. ¿Por qué?
Porque no se sabe si el negocio va a ser capaz de poder devolver el dinero.
El negocio ha de tener Capacidad de Reembolso
Lo que requiere tiempo; hacer las cosas bien y que la “coyuntura” acompañe, es decir, que no suceda nada excepcional que lleve al traste con las previsiones.
La incertidumbre que conlleva iniciar un negocio hace que tengamos que ser prudentes a la hora de solicitar financiación a un Banco.
Puede que el Plan de Viabilidad que se presente al Banco muestre que el negocio es capaz de generar suficiente dinero para atender los compromisos exigibles que se derivan de la financiación obtenida, lo cual es un requisito previo para obtener financiación del Banco.
A esa capacidad para atender los compromisos exigibles se le conoce como Capacidad de Reembolso o Capacidad de Pago.
Como el negocio se está iniciando, esa Capacidad de Reembolso es un “futurible” que como tal es incierto. Lo que hace que sea complicado obtener financiación de los bancos en los inicios del negocio.
Si no hay Capacidad de Reembolso, el Banco NO financiará al negocio.
Pero para que el Banco conceda la financiación solicitada, además, de demostrar que el negocio es capaz de devolver el dinero recibido, hay que tener Solvencia.
La Solvencia hace referencia a las garantías que hay que presentar para asegurar el pago de la deuda y se mide con el patrimonio que es vendible o embargable para garantizar el pago de la deuda asumida al obtener financiación.
El riesgo está en la Solvencia
¿Por qué?
Porque si el solicitante de la financiación no tiene Solvencia, aunque el Plan de Viabilidad del negocio demuestre que va a tener Capacidad de Reembolso, el Banco no va a financiar al negocio.
Luego, para obtener la financiación deseada cuando se inicia el negocio habrá que buscar “patrimonio vendible o embargable”.
Si el negocio está en sus inicios, lo normal es que no tenga “patrimonio vendible o embargable” para garantizar, es decir, no tenga Solvencia, luego el patrimonio lo tendrá que aportar el emprendedor.
Si el negocio no es capaz de atender los compromisos, el emprendedor responderá con su patrimonio.
Si el emprendedor no tiene suficiente Solvencia, buscará a terceros (familiares y/o amistades).
Si los terceros tienen dinero se lo podrán prestar, limitando su riesgo al dinero prestado.
Pero si no tienen suficiente dinero y quieren ayudar al emprendedor, actuarán como avalistas (personas que garantizan la operación financiera con su patrimonio).
Si el negocio no es capaz de atender los compromisos, los avalistas responderán con su patrimonio.
A la hora de medir (valorar) la Solvencia, el “patrimonio vendible o embargable” supera con creces el valor del dinero prestado (del dinero recibido), ya que las entidades financieras tratan de cubrir, no solo el dinero prestado, sino los costes que conllevan los procedimientos de embargo y venta del patrimonio.
Luego, el patrimonio que se puede perder será superior al dinero financiado, al dinero recibido.